ciclismo urbano

Hoy decidí agarrar mi bici para trasladarme por la ciudad. Tenía que hacer un par de gestiones y como tenía el tiempo a mi favor, aproveché para pedalear. Esperen, ¿dije tiempo a mi favor? Aunque no lo crean, me demoré mucho menos que si hubiese tomado un carro. ¡Ja! ¡Toma eso pinche tráfico!

Nebot nos dijo -manteniendo la gentileza y cordialidad- que no nos preocupemos, que estaba al tanto que la aprobación de la ordenanza se había aplazado con la finalidad de que ésta sea discutida y que él no era ciclista pero que la Concejal Gina Galeano sí y que él aprobaría lo que ella le ponga el visto bueno. Con esto nos despedimos agradeciéndole el habernos atendido y con la satisfacción de que en efecto en el Municipio se le está dando la importancia debida a esta ordenanza.

Esta es la crónica de un pedal que no pudo pedalear. Un vistazo a una falta de previsión que desembocó en una experiencia que refuerza la bondad del ser humano. Un simple suceso que me incrementa el gusto de andar en bicicleta.

La próxima vez que veas un casco roto, suspende la creencia y haz lo más básico, hacer caso omiso de las roturas y verifica si lo que queda de la espuma de poliestireno se ha comprimido. Si no es así, puedes estar razonablemente seguro de que no se ha salvado la vida de nadie.

Amo mi bici y amo comer. ¿Quieres conocer lugares donde haya buena comida y puedas llegar pedaleando? Estás en el lugar correcto.

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