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Reciclando una bici
Muchas veces al encontrarme con algún amigo o amiga me dicen: "Me gustaría salir a pedalear, pero no tengo bici o sólo tengo mi bici vieja guardada". Es común que haya siempre en casa una bici que por alguna razón dejamos olvidada en algún lugar del garaje o en alguna bodega, durmiendo hasta ver si algún día nos animamos a montarnos de nuevo en ella y salir a recorrer nuestra ciudad. Hace un tiempo una amiga se me acercó con una propuesta entretenida, tratar de resucitar una bici olvidada y hacerla más cómoda.
A pesar de ser informático de profesión, siempre me ha gustado ser "manitas" como dicen los españoles, o como le digo yo, ser un poco travieso y curioso, siempre me ha gustado trastear con herramientas y desarmar cosas, así que acepté la propuesta sin pensarlo mucho.
La idea básica era no sólo "rehabilitar" la bici, sino mejorarla, porque una de las razones por las que había quedado en el olvido era porque sentían que era incómoda y que daba muchos problemas, la comodidad va relacionada con el no tener la medida apropiada para la persona que usa la bici, y en el caso de los problemas por lo general suelen ser piezas de mala calidad o simplemente mal calibradas.
Así es como se veía la bici antes de comenzar el proceso:
Lo primero que hicimos fue comprobar qué piezas estaban desgastadas, en malas condiciones o simplemente eran de mala calidad, tratamos de mantener el presupuesto lo más bajo posible para que valiera la pena reparar la bici y no comprar una nueva. En este caso encontré que los soportes de los frenos eran de plástico y aparentemente con el calor se habían deformado (por eso era imposible calibrarlos bien y que reaccionen bien), los platos de los cambios estaban oxidados y en mal estado, el timón y el tubo del sillín tenían mucho óxido y le faltaba lubricación en general.
Si simplemente hubiéramos querido hacerla funcionar no se necesitaba mucho, pero quisimos que no sólo funcione, sino que se vea mejor y que se sienta mejor.
Así comenzó la tarea de buscar piezas nuevas, pintar el marco y hacer todos los ajustes necesarios para volver a tener a este caballito de acero en funcionamiento. Uno de los cambios básicos fue cambiar el timón de la bici de montaña por un timón de BMX, y poner un sillín con resortes en la parte de abajo y que sea mucho más ancho para que sea más cómodo durante la pedaleada. La idea del timón de BMX era lograr una postura más erguida y cómoda, la única complicación en ese caso fue adaptar el sistema de cambios. Le cambiamos la agarradera del tubo del sillín para que pueda ser ajustable y no se quedara fija, la rueda delantera también se le agregó un pasador para poder sacarla y darle mantenimiento con más facilidad, y se lubricó y engrasó todas las piezas movibles y rulimanes.
En la última etapa agregamos las luces frontales en el timón y la trasera en el tubo del sillín, se ajustó la posición del timón de acuerdo a la estatura y lo que no podía faltar era darle una vuelta de prueba para comprobar que todo funcionara bien.
El resultado final fue una bici con su propia identidad, con mejores componentes de lo que tenía antes y que resulta más cómoda para moverse dentro de la ciudad, aún conserva parte de sus componentes de bici de montaña, pero califica más bien como una híbrida, permite ir erguido, con lo cual no va a doler la espalda y se reduce el esfuerzo.
Pero lo más importante es que logramos rescatar una bici que de otra forma se hubiera quedado en un rincón de la casa sin que nadie la quiera sacar a pasear, más de uno debe tener una igual en su casa, qué esperan para animarse a darle un poco de cariño y volverla a rodar, les aseguro que luego de poder salir con ella no se van a arrepentir de haber hecho el esfuerzo y no necesitan de un presupuesto muy alto.
Comentarios
Nelson Cevallos (no verificado) - Dom, 2013-05-12 18:39
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